Rocío Rosado en Miel de Luna

Rocío Rosado en salto libre, partiendo de sus raíces flamencas pero en una forma expresiva única. Rocío se arriesga con poemas de Federico García Lorca, algunos no valorados especialmente por la crítica, y otros ya impresos en el imaginario musical. El vals vienés de Morente, o su Aurora de Nueva York son poemas que expresan una nueva búsqueda interpretativa. Su composición e interpretación, nos muestra la identidad de una artista y creadora que no tiene miedo a transgredir los géneros y que no puede etiquetarse como producto cultural.

En Miel de Luna, Rocío Rosado no es apta para todos los públicos. Se atreve a llevarnos de la mano por emociones muy intensas al encontrar las palabras de Lorca, con sólo voz y piano, con una poesía cargada de simbolismo. Rocío Rosado nos acerca desde su propia vida cantada a un Lorca librepensador, humanista, poeta contemplativo y sensible, lleno de fantasía y creatividad, que descubre desgarrado la realidad de las ciudades, y que crea un universo simbólico para los amores imposibles. Mai Kikuchi despliega un universo sonoro que engrandece a la voz cantada y a la propia poesía que se nos abre. Les acompaña Ágata Sandecor en una fotografía sobrecogedora de flores congeladas, que se hacen inmensas de la mano del saber técnico de Marcos Serna.